martes, mayo 26, 2009

Bendita Locura

Bendita locura es el nombre del último disco de Pastora Soler que se presentaba ayer tarde en el teatro Lope de Vega de Madrid. Una frase muy bien escogida y que en cierta manera revela el ambiente que se respiraba en el hall del majestuoso teatro.

La amistad es algo portentoso y por ello, muchos amigos no quisieron dejar sola a la cantante coriana. Tanto es así que, a pesar de la incomodidad que les produciría posar y atender al chaparrón e incesantes preguntas de los periodistas, sus amigos decidieron acudir y así apoyar a su querida Soler en una tarde tan especial.

Este es el caso de Chayo o Rosario Mohedano que es como quiere que la volvamos a llamar ahora. Fue la primera en llegar y el revuelo que causó fue patente con el murmullo de los cámaras y periodistas que allí nos reuníamos. Rosario posó con una enorme sonrisa que nos deslumbró a todos cuando muchos aun seguíamos con la resaca informativa de haber escuchado las declaraciones de su ex, Antonio Tejado el pasado sábado en La Noria.

Rosario que acudió con la novia de su hermano y sin su bebé, el cual no ha tomado pecho en su periodo de lactancia y se quedaba en buenas manos mientras su madre aguantaba con aplomo nuestras incesantes preguntas. No tenía ninguna gana de contestar, pero no por que tuviera alguna exclusiva pactada a priori, si no que porque el dolor la dejaban desnuda ante nuestro afán de saber.

Rosario estaba en el ojo del huracán y sabia perfectamente que nos lanzaríamos como fieras a preguntarla sobre las declaraciones de Tejada. No quiso responder y prefirió mantenerse ambigua mostrando la mejor de sus sonrisas. Sus ojos no expresaban lo mismo. Una mirada vidriosa y una simpatía forzada relataba que era en vano preguntarla por su estado anímico. Ella respondió que estaba bien, que no iba a hablar pero cuando confesó que su presencia allí se justificaba por su gran amistad con Pastora y sobre todo, “para olvidarse de la realidad” ya dejó patente que el sufrimiento y la tristeza eran dos palabras que se dejaban entrever en sus palabras.

Rosario nos contó que ocupaba las horas del día trabajando duro y rodeándose de su entorno querido, gente que la arropa y mima en estos duros momentos. Su mirada se convirtió en ternura cuando hablaba de su pequeño, su verdadero gran amor, y no el del señor Tejada que demostró una vez más ser un impresentable poco amigo de la palabra monogamia. Respecto a la pregunta de si se llevaría a su pequeño con ella a su gira por Argentina, prefirió ni confirmar ni desmentir.

Su elegante presencia en cuerpo y palabra se acabó ante la pregunta de: “¿Hay vuelta atrás?” con lo que Rosario respondió con otra contundente pregunta: ¿En serio que aún me lo preguntas? Muy revelador…

La de Rosario no fue la única presencia en el recital. Silvia Pantoja, Pitingo, un Paco Valladares recuperadísimo y lleno de vida, o la escritora Lucia Etxeberria estaban deseosos también de escuchar a la cantante en su ultimo disco.

El presentador y escritor Maxim Huerta también se encontraba por allí. Hablaba con orgullo, una amplia sonrisa y una cautivadora mirada sobre su libro titulado “Que sea la última vez que me llamas reina de la tele”. El escritor y co-presentador del programa de Ana Rosa se mostraba feliz de su obra y de la promoción que está haciendo de ella con lo que aseguró: “Me lo estoy pasando como un enano”. Entre risas comentó también que el personaje protagonista de su novela era la primera figura literaria con perfil en Facebook.

Actores de la pequeña pantalla como Emmanuel Esparza, Israel Rodríguez o el siempre encantador Jorge Lucas de la serie “Yo soy Bea” también quisieron acompañar a Pastora Soler en su puesta en escena madrileña. Los tres actores, que llegaron por separado, se adentraron en el recinto rodeados de señoras y fieles seguidoras de la serie que no pararon de hacerse fotos con ellos.

Cuando ya quedaban pocos minutos para que diera comienzo el recital, una siempre polémica Massiel me relataba su parecer en cuanto al ya cansino tema de Soraya en Eurovisión. Remontándome en el tiempo dos meses atrás, recuerdo que le pregunté por la dichosa canción y su respuesta fue clara: “Fantástica!” me respondió. Tan orgullosa estaba Massiel del himno, que amadrino un acto en el que nuestra diva extremeña se rivalizaba con la contrincante turca! Y tanta fue la euforia por la canción que nuestra amiga “lalala” llegó a subirse al escenario a compartir bailes y coros con nuestra artista albina. Vamos, que Massiel se jactó en halagos hacia Soraya, y bueno, quise probar suerte esta vez con la misma pregunta y cual fue mi sorpresa cuando Massiel me respondió: “Eso ya lo sabía yo, que pesadez, la canción era mala, había canciones mucho mejores, Soraya vale mucho pero no vestida de patinadora, y de boicot, nada, todo son chorradas”. Bravo Massiel! Tú si que eres coherencia!

En fin, la nota discordante la puso Eva González, que llegó, posó y huyó. Así, como si de una presencia fantasmagórica se tratase. ¿Quizás resentida con los medios? No lo sé, ella sabrá.

Lo que si tengo claro es que todos disfrutamos con el recital, por lo menos, todos estabamos de acuerdo con algo y se confirmó una vez más que la música amansa a la fieras, y si es con Pastora Soler, con más razón.

Diego de la Viuda

viernes, mayo 22, 2009

Hable con Dios...

Llevo días intentando asimilar lo que me ocurrió el pasado Domingo. Es más, no sé ni cómo comenzar a narrarlo, y mucho menos, cómo relatarlo sin que parezca un texto de ciencia ficción.

¿Alguna vez habéis pensado que diríais o que haríais si tuvierais a Dios sentado a vuestra vera? A mi me ocurrió, y pasó dos horas sentado a mi lado.

Estaba yo en mi parque favorito como cada tarde, sobre el césped, descalzo, tomando el sol y escribiendo mis pensamientos y proyectos cuando un hombre se acercó a mí. No era un hombre cualquiera. Era un hombre que ya había visto anteriormente merodeando por la calle Fuencarral. Es más, recuerdo el verano pasado cuando paseaba con mi madre y a ella le resultó llamativo el aspecto que este hombre portaba y me lo comentó entre risas. Era un hombre bohemio, de avanzada edad, con aspecto informal pero arreglado y con unos aires hippys bastante impropios como para ser un español de esa edad. Nos recordó a un viejo amigo de la familia, Donald Levitt, un judío hippy americano que aterrizó en nuestra casa hará unos 30 años y con el que aun guardamos un estrecho lazo de amistad.

El caso es que este hombre, portador de una larga melena blanca y una tupida barba del mismo color se puso frente a mí. Lo miré y me hizo un gesto o un ademán de pedirme permiso y así sentarse a mi lado. No lo dudé. Parecía inofensivo. El hombre se descalzó y se sentó conmigo. Con total naturalidad, me cogió la mano mientras que su penetrante mirada de color azul pastel que delataba una avanzada edad, unos 75 años calculo, no dejaba de mirarme. En ese momento creo que en cierta manera me hipnotizó. Esa mirada me llenó de energía y una especial y extraña sensación de paz interior que no había vivido nunca. Eran las 7 de la tarde.

Yo le dije, Hola, ¿qué tal?. No fue una pregunta muy brillante, pero de alguna manera tenía que empezar la conversación y así descubrir que quería este hombre. O bueno, quizás al aceptar su invitación de sentarse a mi lado quise descubrir si era tan interesante como aparentaba ser. Muchos ya conoceréis lo mucho que me gusta conversar con gente que no conozco de nada y que me da la sensación de que me va a aportar alguna visión interesante de la vida. Ya sea una prostituta rumana de la calle Montera a la que me gusta escuchar y que me relate su vida, un transexual sentado en la calle Hortaleza o algún politoxicomano de la plaza Chueca que me cuenta como fue su vida antes de caer en la droga. Soy así!

El caso es que el hombre no me contestó. Me miraba pero no decía nada. Proseguí hablando a ver si contestaba en algo y me di cuenta de que era tarea en vano. El hombre no hablaba. Sus gestos y miradas contestaban por él. Pensé que sería mudo o que quería que yo me explayase para así analizarme mejor. Aun no entiendo el porque de su silencio. Miró el cuaderno en el que yo escribía. Lo señaló e interpreté que quería verlo o utilizarlo. Así fue. Me pidió permiso para tomarme el bolígrafo y comenzó a escribir.

El hombre con aspecto de viejo sabio empezó a dibujar un circulo y a escribir palabras sobre él. Hablaba de algo llamado “DEATH integración”, situación en la que aseguraba que yo me encontraba. Luego hablaba de que estábamos rodeados de agujeros negros, que debíamos caer en agujeros del presente y lo entrelazaba con frases en inglés como: Getting bit crowded massf. Lo fue uniendo todo hasta escribir frases como: La desinfección se convierte en la Death integración con el entorno. Si quieres enseñar lo que tu sabes, no aprendes nada de lo death conocido que está debajo y del otro lado. El papel acoge cualquier mentira escrita que no tiene opción pero que el ojo intenta imponerse a la mente del otro que pasa al vacío del otro lado.

Llamadme superficial o poco profundo pero el caso es que yo no entendí nada de lo que este hombre intentaba decirme. Luego empezaba a describir la situación que estábamos viviendo esa tarde, que lo denominaba como “experiencia” , “trabajo del amor” o a veces lo llamaba “Intercambio de ayuda”. El caso es que el hombre me siguió pareciendo interesante y me apetecía seguir leyendo lo que escribía sobre mi cuaderno de Pocoyó. Era curiosa su forma de escribir. Cambiaba de dirección constantemente, lo mismo escribía de izquierda a derecha, de que arriba abajo que lo hacía en espiral. Solo se podía entender lo que escribía si seguías la lectura al momento. No tenía ningún orden lineal y mucho menos lógico.

Hubo frases maravillosas como aquella que decía: Si atiendes a tantas funciones bobas, te conviertes en bobo. O esa que decía que no hay que aguantar sino que hay que disfrutar de ser (casi) invisible.

Luego, a este hombre, le dio por analizarme y aseguró que en mi mirada se veían ganas ser querido y admirado a lo que prosiguió escribiendo: Brotes de vanidad y deseos de popularidad hay en tus deseos. Nunca desees ser querido por el resto ya que si así fuera te asarían y te comerían como a un cordero. Los ídolos son dioses incultos que son adorados pero nadie se acerca a ellos salvo los piojos y otros entes y personas que te chupan la sangre y te roban la energía.

En ese momento descubrí la sabiduría que escondían esas manos arrugadas y esa profunda mirada que me revitalizaba y me llenaba de energía y fuerza cuasi sobrenatural. Muchos pensaréis que llegados a este momento me estoy volviendo loco, pues creo no es para menos con lo que os voy a relatar ahora.

Pasados unos 50 minutos de lección de vida, se paró, me miró una vez más a los ojos y me hizo la siguiente pregunta: ¿Qué relación tienes tú con Dios? Y le respondí que menos de la que yo quisiera. Sonrío y me dejó helado con la siguiente pregunta: “¿Puedes prometer decir a nadie que has visto utilizando gafas a DIOS?” Yo me quedé perplejo ante la pregunta. ¿Qué insinuaba? Que era el mismisimo DIOS? …

Poco después apareció frente a nosotros un amigo mío que se quedó extrañado ante lo raro de mi compañero de césped. Su cara revelaba que no daba crédito a lo que estaba viendo y yo les invité a que se sentaran con nosotros. Rechazaron mi invitación y fueron estos los que me invitaron a mi por si necesitaba ayuda para huir de ahí. Decliné la oferta. Yo sabía que nada malo me podía pasar con este sabio hombre alado.

Proseguimos con su enseñanza de vida y me pidió que escribiera en mi cuaderno tres necesidades de las cuales carezco en mi vida. Me costó mucho pensarlas y llegar a ellas, pero rápidamente las plasmé allí. Se quedó pensativo mientras las leía. Acto seguido me pidió que firmara ese trocito de hoja, lo arrancó y lo guardó en una carterita de cuero que escondía en su bolsillo. Aquella cartera ya contenía unos cuantos trozos más de papel, signo de que portaba los deseos de mucha gente. En ese papelito anotó la fecha y le puso el número 9080. Al segundo escribió lo siguiente: “Lo que falta en este contrato de trabajo 9080 para Diego será concedido a condición de que lo ofrezcas y compartas antes de que te lo pidan y sin esperar nada a cambio”.

¿No os parece mágico? La energía, el sosiego y la espiritualidad fluían a lo largo de las dos horas que estuvimos ahí escribiendo. El hombre prosiguió escribiendome sobre la crueldad humana, me hablaba de historia, denunciaba la perversidad diabólica del dinero y lo material y se enfadaba escribiendo sobre el egoísmo del individuo. Sinceramente, fue una conversación no verbal que me aportó mucho.

Ya se hacía tarde, el sol se había escondido y el calor ya brillaba por su ausencia. Le dije que debía irme. Me preguntó con quien cenaría esa noche pero me pareció excesivo aceptar su invitación. Todo tiene un limite y sinceramente me negué a cruzar esa fina línea entre lo divertido, lo que aporta y el sobrepasar ya mi espacio vital. El hombre era inofensivo, pero la verdad es que no me dio buen rollo ese afán de entrar a mi vida.

El hombre de melena albina que desprendía un fuerte olor a exóticas especias aromáticas aceptó mi decisión y me dijo que no me preocupara, eso sí, me dejó escrito lo siguiente: “Lo que te falta, porque te vas ahora puedes alcanzarlo, comprenderlo y compartirlo si nos buscas y visitas en C/ xxx, sin citas ni pretextos pero con el deseo de ayudar o el ruego de conseguir ayudar es una buena continuación de este trabajo que hemos compartido contigo sin superiores económicos. Eso te hace amable y coherente y capaz de salvar la vida a otras personas. La tuya ya está salvada o perdida por haber compartido la semilla del árbol de la sabidurealidad divinatural con el autor de estas cosas e ideas”.

Cuando le pregunté su nombre me contestó contundente: Nombre genérico SER HUMANO, a veces BEN ADAM que en hebreo significa Lo mismo.

Muchos pensareis que era el mismísimo DIOS, otros en cambio pensareis que no es más que un loco bohemio que comparte sus conocimientos y sabiduría, y otros tendréis la convicción de que se trata de un intento de captación sectaria. Yo la verdad es que no sé lo que fue realmente. Solo puedo describir la situación como satisfactoria, que me llenó de una extraña energía y paz anteriormente no conocida y que por muchas más frases que guardaré para mí, este hombre despertó la espiritualidad en mi. Es posible que yo no esté pasando mi mejor momento y que soy presa fácil para captaciones sectarias, por lo que dudo mucho que me acerque hasta la dirección que me dejó, o quizás sí, bueno, no lo sé.

Ben Adam se despidió de mi dándome las gracias por haber compartido mi soledad con él. Mientras, me dio un reconfortante abrazo en el que sentí como me recargaba de vida y energía. Se lo agradeceré siempre. Por el momento, me quedo con la duda de si era realmente DIOS quien me abrazaba o que es lo que me ocurrió aquella tarde, pero habitual no fue. Y pensándolo mejor, ¿Cuándo han sido habituales y normales las cosas que me ocurren en la vida? Quizás las propicie yo, no sé, quizás también sean las cosas que me hacen especial…

Diego de la Viuda

martes, mayo 19, 2009

Batacazo Sorayista


“La noches es PADA mi” era su grito de guerra, pero lo que verdaderamente se lo olvidó fue incluir la palabra “fracaso” entre las palabras “es” y “pada”. ¿Quién nos iba a decir que esa misma frase que destilaba victoria por los cuatro costados terminaría convirtiéndose en uno de los mayores batacazos en cuanto a nuestra representación en Eurovisión se refiere?

Cierto es que la canción no estaba mal de todo, pero claro está, siempre y cuando obviemos al hecho de que la insulsa melodía parecía más bien que representaba a Turquía y no a España. El público es soberano y decidió descartar a Melody y sus guitarras flamencas para darle la oportunidad a una canción propia de los mejores Kebaps de la ciudad. A día de hoy todos nos podemos plantear si la cosa hubiera sido diferente con la versión española de Charlize Theron en “Mi gran amigo Joe”, pero basta de lamentaciones que ya poco podemos hacer al respecto.

Ahora hay quien tiene la poca vergüenza y la osadía de pregonar a los cuatro vientos que esto se veía venir, que la canción era muy poco vistosa y poco representativa. ¡Que casualidad! Ahora todos nos apuntamos al carro de las predicciones propias de Nostradamus con eso de: “ya se sabia que ocurriría algo así”… Vaya, pues esas personas que tanto lo auguraban que se encarguen esta vez de elegir canciones tan buenas como la que nos representó el olvidadísimo Ramón de OT, las Son de Sol o aquel “maravilloso” BloodyMary por favor…

He de reconocer que la muchacha no lo hizo mal del todo pero quien tenga ojos y criterio podrá asegurar conmigo que ese número carecía de espectacularidad. Era tan pobre que sacar a Jiménez-Losantos vestido de lagarterana hubiera sido increíblemente más atractivo y espectacular. La competencia llenó el escenario de color, animaciones, efectos especiales, esferas que se movían y nosotros en cambio, ¿qué? Pues una mierda de escalerita y un grupo de baile propio del geriátrico de mi barrio. Estoy de acuerdo con muchos en que tratándose de un concurso musical lo que hay que tener en cuenta es la canción y no el show, pero es como ofrecer caviar iraní en platos de papel o en un envoltorio de papel de aluminio, desluce…

¿Y el vestuario? Sinceramente no esperaba que Soraya vistiera algo propio de Balenciaga o Lacroix, pero chica, ir vestida de patinadora nórdica repleta de Swaroskys con una pañoleta en la cintura, pues sinceramente tampoco es que lo viera muy espectacular.

¿Y su actitud? Pues la verdad, siendo Soraya yo esperaba que mostrara una cara y una expresión propia de dominar la situación, de tía echada hacia delante, que disfrutaba con lo que estaba haciendo y bueno, a fin de cuentas creo que yo esperaba ver una cara de diva extremeña, pero creo finalmente que una persona que sufre de descomposición intestinal tiene una expresión en su rostro de mucha más seguridad.

¿Qué decir tiene el pésimo, cutre, casposo y carente de espectacularidad truco de magia? Esa manta naranja comprada en una tienda de retales, ella corriendo agachada o a cuatro patas por detrás para llegar a tiempo al otro extremo del escenario... Cutre salchichero es poco... Apuesto que ese mismo truco en representaciones de fin de curso en colegios puede causar furor pero cariño, una cosa es hacer un número sencillo y otra cosa es dejarnos en evidencia con esos caseros y deslucidos “efectos especiales” (por llamarles algo) .

Ahora una vez conocido el resultado del certamen, buscamos al culpable. Este año estoy escuchando algo así como: “Eurovisión es todo politiqueo”. Umm creo no haber oído nunca esa frase en años anteriores…

Vamos a ver, si ya sabemos desde hace años que el reparto de votos es únicamente por “vecindad” y cuestiones políticas, ¿por qué nos seguimos presentando pensando que lo que se valora es la canción? Si hasta con el Chiqui-chiqui quedamos en mejor posición, ¿no va siendo hora de replantearnos la calidad del criterio de votación? También apuesto a que si hubiéramos quedado entre los 5 primeros puestos ya no se escucharía aquello del politiqueo, pero bueno, entiendo nuestra pataleta…

Ahora Soraya asegura que su derrota se debe a " un castigo de Europa", que España "no se merecía", por no haber retransmitido TVE en directo las semifinales. Es una buena teoría, pero sinceramente, alguien se cree que a la hora de votar, la señora rumana, ama de su casa, con 7 niños rubios corriendo por la casa mientras juegan con sus enormes pendientes de oro una vez empanados los filetes para la cena va a tener en cuenta que TVE no retransmitió las semifinales? O que la señora rusa después de haber dicho que tu prima es pasiva a lo largo de toda la tarde, rizarse el bigote horas antes de haberle dado 9 lingotazos a la botella de vodka de la cesta de navidad del marido va a tener en cuenta ese detalle para castigar a España por la no emisión? Puede ser Soraya, puede ser.

Ahora los Eurofans se me tirarán al cuello y me acusarán de no informarme. Sí, queridos, sé que Soraya se refería a los votos que provenian del jurado, pero vamos, todos sabemos que unicamente eran un 50%, que si el público hubiera votado a Soraya aunque sea con 5 puntos, no hubiera quedado en anteúltimo lugar. Las cosas como son. No culpemos al castigo de la organizacion (cosa que para nada pongo en duda) cuando los votos de los telespectadores también era igualmente relevantes y careciamos de ellos.

El ganador, un niño mono con cara de Zac Efron y Harry Potter con lentillas no lo hizo mal pero ya insinuó el gran Risto Mejide la semana pasada en OT: Las espectadoras votan con la vagina y los eurofans (mayoritariamente público homosexual) por el recto, y voilá: ganador mono al canto! Bingo para Noruega!

Ahora dando mi pincelada quiero apuntar una reflexión. Como dije anteriormente, Soraya achaca su fracaso a una represalia por parte de la organización, pero siendo sinceros opino que su derrota es un castigo a su soberbia. La propia artista albina apuntó frases como: "Cuando bajamos del escenario, nos creíamos vencedores", "Por los pasillos la gente se nos tiraba encima"…

Quiero recordar también que cuando la cantante viajaba rumbo a Moscú, ella iba con el convencimiento de que "iba a ganar". Se pasó meses promocionando su canción y candidatura hablando con unos aires de grandeza, superioridad y divismo no propios de una humilde cantante extremeña. Esta bien que las artistas sean divas, que estén seguras de si mismas, de sus trabajos y defiendan a capa y espada sus actuaciones pero asegurar que ella únicamente acudía al certamen para ganar puede sonar más que pretencioso!

Y ahora, ¿qué? Pues esto es lo que pasa cuando se escupe tan alto…que cuando llega la derrota no sabes ni donde meterte. Con un poquito de humildad quizás sería todo más llevadero Soraya…

Ella asegura que quedaría entre las 10 primeras, pero claro, se le olvidó recordarnos que se refería al final de la lista... en fin...que quedar 2º o 3º mola, pero claro, es mejor si es encabezando el ranking por arriba y no por abajo...

Suerte al candidat@ del año que viene… si lo hay, claro…

Diego de la Viuda

domingo, mayo 10, 2009

PATALETAS LOZANAS

El triunfo es efímero, goloso, escaso y con un elevado precio el cual muchos no están dispuestos a pagar.

Algo parecido es lo que le ocurre a Carlos Lozano, presentador y modelo que gracias a su mirada de conquistador y cuestionados hoyuelos enamoró a gran parte de las madres españolas que lo deseaban como yerno ideal.

A mediados de los noventa, después de triunfar en pasarelas internaciones, la moda, siempre en constante evolución en cánones de belleza y prototipos estéticos se desinteresó en el muchacho. Pero esto no ocasionó problema alguno en la vida de Carlos, ya que supo reinventarse y reciclarse con acierto para adentrarse en el caprichoso mundo de la televisión.

Fue en este medio en el que se desenvolvió con soltura en concursos varios, programas de corte familiar y galas musicales de dudoso gusto y elegancia. Pero si hubo un año importante para el presentador madrileño, ese fue el 2001.

Un año en el que le encargaron un programa blanco y veraniego titulado “Vaya Tela”. Un programa que rivalizaba a habitantes de diferentes pueblos españoles y que se presentaba como un programa que amenizaría las noches de los españoles. La realidad fue un poco más cruda y después de dos emisiones fue retirado de las pantallas del ente público. Un disgusto para el presentador que fue recompensado meses después con la asignación de otro desconocido programa que él mismo conduciría titulado: Operación Triunfo.

Carambolas de la vida, el presentador llegó al programa que más satisfacciones le ha dado al ente público, a Gestmusic, a la industria musical de este país, a Eurovisión y muchas de las cadenas internacionales que compraron ipso facto el formato que rompía moldes y audímetros en España.

También cabe recordar que el joven no a gusto con el éxito en la pequeña pantalla tuvo más inquietudes y se adentró en el mundo de la interpretación. De esta forma llego a tocar techo en el mundo del cine cuando el mismísimo Pedro Almodóvar le dio un pequeño papel en su oscarizada “Todo sobre mi madre”.

Retomando el tema OT cabe destacar que tras tres ediciones el programa fue perdiendo fuelle, y con él, su presentador que empezó a perder interés mediático. Sus escándalos amorosos con su pareja y madre de su hija, la cual conoció cuando esta era azafata de uno de los formatos que él presentaba fueron el único motivo por el cual reclamar al presentador a los medios de comunicación.

Sin comerlo ni beberlo, el pasado viernes Carlos Lozano reapareció en televisión. Y no como presentador precisamente. Esta vez acudió en calidade de invitado en DEC para relatar y denunciar públicamente, de forma cruda y contundente la forma “denigrante” en la cual le había tratado TVE.

Su actitud fue soberbia, endiosada y victimista. El hombre alegaba ser victima de un complot, de un inexplicable veto que lo impedía trabajar en televisión cuando la gente lo reclama en la calle, “suplicándole” que volviera al medio.

Cierto es que la gente de la calle, al fin y al cabo es público objetivo, es el target al cual se dirigen muchos programas y a fin de cuentas quien decide que esté o no esté en el medio. Ya se sabe, el pueblo es soberano, y el pueblo es quien consume TV. Pero lo que no sé si conoce el señor Lozano es que el público de a pie, lo mismo venera y muestra alabanzas a Carmen de Mairena, a Paquirrín, a un gran cantante como Raphael o al mismisimo Caudillo. El pueblo idolatra todo aquello que sale en televisión, ya sea una lata, que un personaje de dudosa calidad y capacidad artística.

24.000 € era lo que pagábamos los ciudadanos contribuyentes de este país para que el muchacho presentara cada gala del exitoso programa. Hoyuelitos, más chulo y endiosado que nunca llegó a decir que él aportaba una audiencia y debía ser recompensado por ello. Qué él lo valía y que jamás rebajaría su caché. Sí, confirmado. Yo también creo que son comentarios de una persona que se considera “humilde y modesta”.

Vamos a ver, Lozano. Si quien aporta éxito y audiencia al programa eres tú, ¿por qué la audiencia fue decayendo edición tras edición en TVE? ¿Qué pintaban en el concurso algo llamado “concursantes” si eras tú quien daba prestigio y éxito al formato?...

Las modas son pasajeras, los rostros también, y cómo anteriormente dije, el pueblo es soberano y quien consume finalmente los productos y rostros televisivos que cree atractivos (no hablo de calidad).

Carlos Lozano gustó, pero ya no gusta. Quien tuvo, retuvo. Eso dice el dicho popular, pero hay que saber encajar con diplomacia la derrota, y es a lo que parece que no se resigna el presentador.

Hay que aceptar que la fama no dura eternamente, Lozano. Grandes presentadores como Mayra Gómez Kempt, Jordi Estadella, Constantino Romero o Consuelo Berlanga quedaron en la caja del recuerdo, sabiéndose adaptar y adecuar con elegancia y profesionalidad a un segundo plano dando paso a las nuevas ideas, formatos innovadores y caras nuevas. Sin pataletas de ningún tipo. Sin buscar culpables. Eso es ser un profesional humilde.

Parece mentira que el señor Lozano aún no sepa que la televisión es pan para hoy y hambre para mañana, y que nadie es imprescindible en este mundo, pero bueno, dejemos al presentador que siga buscando culpables, manos negras y explicaciones en vez de aceptar su derrota y darse cuenta por tanto de que es un producto que no gusta y en definitiva un juguete roto de la televisión…

El éxito depende de muchos factores, y en televisión nunca se sabe cómo acertar. Si hubiera una formula exacta, los bancos se convertirían en productores de televisión y sería todo una apuesta sobre seguro, pero la cosa no funciona así.

El propio Jaime Cantizano que presenció las "humildes" palabras de Lozano miraba atonito a lo que decía Mister Hoyuelos. Y seguramente estaría pensado que si el éxito dependiera unicamente del presentador, cuales serían las razones por las cuales no triunfaron programas suyos como "En Antena", sus "3 deseos" junto a Eva Gónzalez y Aitor Trigos, o su última incursión en las tardes de Antena3 con "A 3 Bandas" junto a María Patiño, cuando cada noche de viernes, y a lo largo de seis años lleva llevandose el gato al agua respecto a la audiencia televisiva...

Entonar el mea culpa, el ser consciente de donde se está en cada momento y tener los pies en la tierra parece ser algo que no enseñaron a este presentador endiosado, cansino y ególatra… Lastima por él.

Diego de la Viuda